Tres Tipes Ásperes 

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Croci, Tessa y Abonizio: Tres Tipes Ásperes. Foto: Zoe Maguna.

Conformado en estos días, un nuevo trío musical sale al ruedo por una causa benéfica. Flor Croci, Adrián Abonizio y Martín Tessa ofrecerán un concierto por Youtube el domingo 27. Con la mejor de las ondas hacen un alto en un ensayo y explican por qué lo están disfrutando tanto. 

por andrés maguna

Una mujer y dos hombres. Los tres músicos (los tres tocan la guitarra), los tres de Rosario. Los tres, amigos, padres de compañeros de la misma edad de cuarto año de la escuela Nigelia Soria (especialización en Música) que vieron la oportunidad de juntarse para confluir en una buena causa con fines solidarios.

Flor Croci, Adrián Abonizio y Martín Tessa, progenitores de Zoe, Ciro y Lucía, respectivamente, ofrecerán un recital el próximo domingo 27, a las 20 (ver flyer abajo), que podrá verse por Youtube previo pago de un módica suma, con intervenciones individuales de cada uno de ellos y unos cuantos temas en la formación del trío, que han dado en llamar, haciendo gala del proverbial sentido del humor rosarino, Tres Tipes Ásperes. Además, para agregarle atractivo al evento, habrá intervenciones especiales: Lucía Tessa cantará un tema acompañada por su papá, en otro Ciro Abonizio acompañará con la guitarra a su papá, y Flor Croci interpretará una canción emblemática de Los Redondos a dúo con Rodrigo Vernetti, papá de Eleazar, otro de los que se gradúan el año que viene.

Todo lo recaudado se destinará a solventar las reservas para la cena de graduación, toda vez que, se sabe, entre pandemia y crisis económica muchas familias, hoy por hoy, están en aprietos.

En la sala de ensayo donde se gesta la movida, y donde se grabará “en vivo” este disco único y tan especial, las tres cabezas, Croci-Tessa-Abonizio, hicieron un alto en los intensos ajustes del ensamble y dialogaron con Revista Belbo.

–¿Cómo se llama el trío?

Flor– El Trío Semitono. (Risas de los tres).

–¿Qué es un semitono?

Flor– Es la menor distancia entre una nota y otra. 

Adrián– Por lo general la gente canta de tono a tono, semitono es más raro; el jazz está lleno. Cada uno toca la nota de al lado y así suena todo junto.

Martín– ¿No sería mejor si le ponemos Tres Tipes Ásperes? (Los tres se ríen, quién sabe por qué, y aprueban el nombre).

–¿El show que van a mostrar no va a ser un vivo pero va a ser grabado de una toma? 

Flor– Exacto, la idea es ajustar todo, el audio, la filmación, porque no va a ser editado.

–Eso se va a pasar el 27. ¿Qué repertorio van a hacer?

Flor– Vamos a presentar algunos temas de Adrián, canciones de él, Martín va a hacer unos tangos…

Martín– En resumen, haremos un  poco lo que nosotros hacemos, nos vamos a juntar, vamos a hacer un poco lo que cada uno hace, y después en algunas cosas nos vamos a juntar, vamos a tocar algunos temas de Adrián, vamos a hacer algunos temas que elegimos con Flor, y como yo hago tango elegimos unos tangos, y Flor eligió unos temas de Fito. En total unos 18 temas.

–¿Cuál es la causa del evento?

Adrián– Tiene un fin, tiene un fin.

–Eso, la causa.  

Adrián– Propiciar alguna ayuda a la gente que no puede, que no está en condiciones de festejar el fin de curso.

Martín– Pasa que…, a ver, se cierra ahora. Lo que digo es que si vos no cerrás ahora la fiesta esa, dentro de un año te sale el triple, y ahora ya hay gente que no la puede pagar en el curso, y entonces hay que cerrarlo, y para eso hace falta dinero para la reserva.

–Es algo que ocurre. Me parece bien que se junten tres padres de tres compañeros, de tres graduados, ¿pero por qué no hacen una rifa? 

Adrián– Porque la rifa es menos interesante, entre lo que se puede hacer, que tocar juntos. Aparte nosotros hemos tocado juntos. Por ejemplo Martín fue invitado en un disco que grabé, a Flor la invité una vez a cantar una cosa mía… Bueno, ellos no me invitaron nunca a ninguna cosa pero porque yo no sirvo para nada, justamente, sirvo para invitar. Es una buena excusa. 

–Bueno, para componer está comprobado que sí servís. De hecho, van a hacer temas tuyos.

Adrián– Lo que quiero decir es que es una buena excusa, tiene que haber un motor, una motivación para juntarse. Nosotros recién hablábamos de que entre los músicos a veces no la hay porque cada cual está en su quinta, y no es que no la comparte sino que no tiene tiempo, muy consumidos por la instancia personal. Entonces estas oportunidades son buenas porque cumplen doble función, una que sirva. ¿La música para qué sirve?, bueno: en este caso sirve para juntar, para hacer más feliz a alguien que no puede desembolsar un dinero, que es difícil, y aparte sirve para encontrarnos nosotros. Si no existen esas causas no nos encontramos. La causa de la causa. Aparte está bueno porque en lo personal hay gente que yo siempre la vi al lado o de oyente. He ido a los recitales de Martín y a los de Flor y siempre me gustaron ellos. Entonces está bueno, para mí es un gusto, un gusto que nos damos todos. 

Martín– Nosotros con Flor somos amigos desde los 15 años y nunca habíamos tocado juntos. 

–La causa es noble y es desinteresada. 

Martín– Aparte está bueno en este sentido: a mí me ha pasado con otra gente que me gusta lo que hace, y uno está esperando el momento de tocar con ellos, pero si lo invitás a tocar está todo bien, pero no pueden porque están laburando, entonces cuando hay algo superior a eso, que es ese alguien que precisa algo… 

–Algo superador.

Adrián– Porque también en el ámbito de la música nosotros vivimos siempre con la soga al cuello, es decir: pareciera que yo no puedo avisarle a Martín de tocar mañana a la tarde. Con todo el amor del mundo me va a decir “no puedo”, entonces cuando vos decís una motivación superior la gente se encuentra, se junta y te dice «che, qué bueno que esta tocar al lado tuyo». Tal vez a los músicos nos está faltando esa motivación, que uno no la encuentra , pero no porque tenga pruritos de tocar con otra persona, sino porque no tiene dónde encontrarse. Encima en estos tiempos de mierda, que son de mierda, uno no puede juntarse a tocar con nadie, y segundo uno está acostumbrado a que tu tiempo parece de oro, y decís “yo no voy a perder el tiempo guitarreando”, cuando, si uno ve los andaluces, los gallegos, como quieras llamarlos, guitarrean y bailan y tocan toda la noche, y no sé si tienen que pagar la luz o no, pero yo estoy tocando y digo “uy, tengo que pagar la luz mañana”. Los músicos vivimos una coyuntura de mierda en la que somos todos pequeñas pymes. Y estoy tocando y digo “me voy a la mierda porque estoy perdiendo el tiempo”, tiempo real que nos hizo creer el famoso capitalismo. Yo mañana tengo que hacer cola en la EPE para pagar la luz, o tengo que ir a pedirle a alguien que me preste para zafar.

Martín– No hagas más la cola que ahora se puede pagar por computadora, Adrián.

Adrián– No tengo computadora. Quiero decir: estos son como accidentes poéticos interesantes, que uno tendría que fabricarlos más.

–¿Cómo desaprovechar la oportunidad, no?  

Adrián– Claro, es que no tenemos la costumbre. Hermeto Pascoal decía que él armaba grupos todos distintos, ¿y de dónde sacaba los músicos? Todos de su barrio. Andaba por ahí, escuchaba a un tipo que tocaba y le decía “vení a tocar”. Eso sería bueno. Lo tuve y lo perdí. Una juntada de gente que se conoce y no tiene oportunidad de juntarse. Habría que hacerlo siempre más seguido, siempre hay que buscar una excusa.

Croci, Tessa y Abonizio: una juntada de músicos que se conocen y tienen la oportunidad de juntarse. Foto: Zoe Maguna

–Tres músicos experimentados, de palos distintos, haciendo algo juntos por los graduados. ¿Qué sale de eso, que de base es interesante, casi un accidente?

Adrián– A Flor hacía mucho que no la veía, nos desconocimos por un rato. 

Flor– Y con Martín también.

Adrián–Justo. Recién le decía: nunca pensé que tocaría con vos. Porque yo lo había idealizado… está bueno esto de idealizar a la gente que disfruta cantando, tocando. Está bueno idealizarlos a veces, aparte de que son amigos tuyos, y me pongo como público.

–Hablando del arreglo de los temas que van a hacer en conjunto, recién escuché unas versiones raras, como más allá del semitono. Están como endurecidas, suenan más heavy, ¿qué versiones son? 

Martín– Está bueno eso que decís. 

Flor– Versiones pandémicas. 

Martín– ¡Vamos a tocar! Hace meses que no la ponemos en la música.

Flor– Un año y pico. 

Martín– Hemos vuelto a ser vírgenes. 

Flor– Veníamos tocando muchísimo, estábamos ahí, ¡tenemos ganas! 

–Les decía que no escuché nada edulcorado. 

Adrián– Nooo. Porque somos tres personas ásperas. 

Martín– Tipes.

Adrián– Sí, somos tipes ásperes, pero está buena la mezcla, y si ven el recital lo van a comprobar.

–Veo que lo están tomando con profesionalismo, ensayando mucho, y están preocupados porque salga bien, porque obviamente tienen el público más exigente, que son sus hijos, los amigos y la comunidad educativa de sus hijos, entonces esto va en serio, pero ¿con qué piensan “ponerla”?

Adrián– Toco menos que ellos, primero porque sé tocar menos, y segundo para no ensuciar. Y entonces en el tema predomina la voz cantante: cuando lleva guía Flor, que viene más del rock, y femeninamente hablando, más power femenino. Predomina eso. Cuando toca Martín predomina el tango, y cuando toco yo, no sé.

–Pero no un tango cualquiera, es el tango de ellos, ¿y cuando tocas vos qué predomina?

Adrián– El espíritu del tango que tiene él. Yo nada. Lo hibrido.

–¿Por qué deberíamos ver el concierto?

Martín– Sobre todo para ayudar a que todos les pibes puedan ir a su graduación, y después la música. Y si nos tienen vistos, más o menos, van a ver una mezcla de cosas que puede sorprender. 

Adrián– Porque es importante que todes les pibes puedan ir a la graduación. 

Martín– Porque es un momento único, que no vuelve a suceder. 

–Es importante.

Martín– Para algunos es importante, yo no me gradué.

Adrián– Uno hace cosas que no mide la dimensión que tienen. Entonces sin pensar, sin tener esa mensura, esa medición, uno produce cosas en la gente que no sabe. Nos juntamos los tres, a lo mejor, para decir algo que la gente va a encontrar ahí, y a lo mejor en esta época no tiene dónde encontrarlo. Es algo extraño, suena a revista Para ti, pero es algo mágico. Que vos estás tocando y la gente dice “ah, mirá esta canción, esta voz, este tipo”. Hablamos de de ser generoso con lo que uno hace. 

–¿Qué es lo que más estás disfrutando de laburar con estos dos? 

Flor– La verdad que varias cosas. Primero esto, cantar las canciones de Adrián me encanta. Desde chica tengo el disco de Adrián que escuchábamos en mi casa, las canciones las conozco (aunque les cambio la letra), las conozco todas. Y después tocar tango con Martín. Yo me fui a España, venía del rock y empecé a aprender tango así como medio de zopetón para conseguir laburo allá. Eso, volver a tocar tango, y aparte con estos que… Nada. Estoy disfrutando mucho esto de hacer tipo peña, armar las cosas con los chicos, todo este disfrute previo. El otro día vino Lorena (mamá de Eleazar), que es como la manager del evento, y nos reímos mucho. Estoy con mucha adrenalina ahora que recién terminamos de ensayar, porque hay temas que realmente a mí me hacían falta. Yo venía de juntarme con una banda, con la otra, ensayando con éste, después ir a grabar con este otro,  entonces venir así y juntarme con ellos es un lujo. Dejo cosas para hacer este ensayo, decido esto.

Martín– Sí, eso último que dijo Flor es tremendo, porque para nosotros parte de lo cotidiano es juntarse a tocar, y no lo tenemos hace mucho tiempo. Es muy bravo. Y bueno, después tocar con Flor es algo que esperé siempre. Sobre todo porque la he visto tocar, como espectador, y tiene una onda tremenda, es una cantante tremenda. Y Adrián es un prócer de la canción. Yo por ejemplo hoy me di cuenta de varias cosas, aunque él se la pasa diciendo que no sabe… 

Flor– Se hace.

Martín– Porque uno de los temas que vamos a tocar de él no lo conocía, y puse el tema en Youtube y estaba la tapa del disco, y ahí reconocí que mi vieja lo tenía en casete a ese disco, y yo lo había escuchado pero estaba allá en el fondo de los recuerdos. Pero lo digo como algo bueno, estaba como en el inconsciente y está buenísimo.

Adrián– Yo por lo visto estuve en la batalla de San Lorenzo, por la edad que me atribuyen.

Martín– ¡Por lo de prócer, jajaja!

Adrián– Estábamos con José, con José de San Martín… Estábamos preparando los caballos y dije: «bueno, vamos a componer unos temas para que estos chicos me escuchen y se envalentonen…» (Risas de todos los presentes). No, yo ya lo dije antes, ellos me gustan a mí y punto. Es así de simple, es más, he pagado entrada, yo pagué entrada para verlo a Martín, le di plata a mi hijo para que entremos a verlo. El dinero en este caso es una anécdota, un chiste, pero pagar por alguien yo no pago, trato de colarme, para ver si puedo robarle algún acorde. Ahora que lo tengo al lado, cada vez que se pone de espalda….

–¿Va a haber algo experimental, sorpresas? 

Adrián– Y, va a haber sorpresa. No sabemos qué va a tocar solo cada uno. 

Martín– Tengo algunos temas nuevos… Mostraré algún tema nuevo.

–Con lo que salga el domingo van a armar un disco ¿cuál será el título?

Flor, Adrián y Martín –¡Tres tipes ásperes!

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